"¡Todos los años es lo mismo! Nunca sabés qué día comienzan las clases. Es como cuando vas a tener familia, necesitás el bolso armado porque en cualquier momento salís corriendo. Esto es más o menos así; te dicen mañana empiezan las clases y hay que salir a llenar la mochila. A muchos padres que todavía no hemos cobrado no nos queda más remedio que tarjetear a lo loco", comenta con humor -y resignación- Marta González.

"Sí, es verdad que estábamos esperando de un día para el otro que se resolviera el conflicto docente, pero creíamos que las clases iban a comenzar en marzo. No todos los padres cobran el 1 de cada mes", protesta Rogelio, que salió a buscar un delantal para su hijo. Detrás de él, ayer al mediodía cientos de padres formaban fila frente a un tradicional negocio clade Mendoza al 600. La cola se perdía viboreando, bajo la sombra, por Muñecas. Oscar Herrera salió con gesto adusto de una de las librerías de San Martín al 600, haciendo un último control del largo ticket. "Calculo más de un 10% de aumento en los precios. Acabo de gastar $ 300 sólo en cosas básicas como lapiceras, cuadernos, hojas y carpetas para mis tres hijos. A eso le sumo $ 1.000 en calzado (un par de zapatillas no cuesta menos de $ 300) y otros $ 1.000 en uniformes", dice flanqueado por Nicolás (13 años) y Lourdes (nueve años), que salieron a controlar de que el papá no se olvidara nada. "¡Yo quería una semana más de vacaciones!", bufa el adolescente. Nicolás cuenta que estaba jugando a la pelota con sus amigos en la calle cuando recibió la "ingrata" noticia. "¡En cambio yo ya quiero volver a ver a mis amigas!", discrepó la pequeña.

Librerías, marroquinerías, zapaterías y tiendas de uniformes escolares se fueron atestando de público a medida que se conocía la noticia. En los cajeros automáticos también había largas filas.

Listado en mano, Graciela Larraona fue una de las que salieron corriendo a buscar útiles con sus hijas, Guadalupe y Camila, de la mano. "Es lo mínimo e indispensable que pude comprar para que mañana los chicos vayan a la escuela: un delantal, una camisa y cuatro pares de medias ($ 200). A eso le sumo $ 200 en zapatos y $ 300 en zapatillas. La mochila ya no pude comprarla, ¡no me alcanzó!", lamentó Graciela, cuyos hijos (cuatro) van a la escuela pública.

"Pensábamos que las clases iban a empezar la primera semana de marzo. Las cosas están tan caras que recién a mitad de año vamos a ponernos al día con todo el equipamiento. Mi marido cobra $ 2.200 por mes, y como es momotributista ni siquiera puedo cobrar planes sociales", se lamenta.

En indumentaria no hay mucha variedad: zapatos náuticos para varón, entre $ 190 y $ 310; abotonados o Guillermina para mujer entre $ 260 y $ 340. Si hablamos de zapatillas, la más barata, de marca líder y en tela, cuesta entre $ 165 y $ 195. Los delantales oscilan entre $ 90 y $ 160 y las carpetas con anillos arrancan desde los $ 20. Al cierre de esta edición, el microcentro era un homiguero. Como todos los años.